“Un tesoro, una flor y un cimiento.”
Hermanos y hermanas en el Corazón de Jesús:
Estos días la Iglesia Católica Tradicionalista en México ha tenido muchas actividades, mucho trabajo. Todos los miembros de nuestra amada Iglesia nos hemos unido para llevar acabo esta labor “Titánica”. Pero hoy quiero mencionar ha alguien en particular: mi ESPOSA.
Como ustedes saben, desde los tiempos apostólicos los ministros sagrados (Obispos, sacerdotes y diáconos) han sido casados, basta con leer textos como 1 Tim 3,1-10.
En el Concilio de Nicea (el primero de los Ecuménicos) se respondió a la pregunta, ¿deben ser casados los ministros sagrados o no? La respuesta de los Obispos ahí reunidos fue contundente:
“No les impongamos una carga tan pesada (la del Celibato) que les haga abandonar el ministerio, carga que ni NOSOTROS, NI LOS APOSTOLES CONOCIERON…”
El Celibato es un don de Dios, pero solo cuando Dios lo da. El celibato aparece en la Iglesia desde los primeros siglos, pero COMO UNA OPCIÓN PERSONAL, no como una imposición eclesial.
Hasta la fecha, el matrimonio del clero es visto con gran estima, y practicado por los católicos romanos de oriente, por los ortodoxos, pero solamente para los Diáconos y los presbíteros. Los Obispos deben ser célibes.
En la Iglesia Vetero, se vive la practica APOSTOLICA, practica que fue vivida por los primeros santos de la Iglesia, por los primeros Santos Padres de la Iglesia, en la Iglesia Vetero los Obispos, Presbíteros y Diáconos pueden ser casados si Dios los llama ha esta Vocación, o permanecer célibes si Dios así lo determina.
Yo creo que sí Dios da la vocación del matrimonio y del Orden Sacerdotal a alguien, no se equivoca, yo creo que Dios es infalible.
Les contare mi experiencia siendo Obispo casado.
Mi linda esposa, la cual se llama Hilda Guzmán González, ha sido para mi un verdadero tesoro, pero no solo un tesoro para mi persona, también ha sido un tesoro para mi ministerio.
UN TESORO:
Un tesoros porque ella engalana las Celebraciones Eucarísticas con su voz, la cual es muy bella, toca el teclado, esta formando el coro, etc. (ella estudio música).
Ella me ha ayudado a dar clases a los seminaristas, da catecismo, etc.
Ante sus amistades responde a las preguntas que le hacen sobre la Iglesia son gracia, humildad, pero un profundo conocimiento de las ciencias teológicas.
Ella es servicial con todos, y su alegría es un testimonio de lo que es ser Vetero.
ES UNA FLOR: ya que su mayor belleza, es la espiritual, tiene un amor total por nuestro Señor Jesucristo, el cual se expresa cuando comulga. Cuando lo adora. Ella ha sabido pasar privaciones, por Cristo y por la Iglesia.
ES UN CIMIENTO: Aunque es joven tiene mucha sabiduría, la cual comparte con los miembros de la Iglesia dándoles consejos, es un cimiento porque en medio de los ataques de algunas personas fanáticas responde con amor y orando por ellas.
Muy posiblemente mi ministerio no hubiera sido tan fructífero si ella no estuviera a mi lado. Por algo Dios, al crear a Eva en el jardín del Edén le dice a Adán: Te daré una ayuda idónea.
Ella es mi ayuda idónea. Es una bendición de parte de Dios para mí, para mi ministerio y para la Iglesia.
Imagínense si todos los clérigos del mundo, con vocación al matrimonio se casaran, ¿Cuántos escándalos de violaciones, pedofilia, etc. Se pudieran evitar? Los Sacerdotes vivirían a plenitud su vida como hombres, como seres humanos, serían totalmente felices. ¿Cuantos ministerios serian más ricos de lo que ya lo son?
Ojala que las demás iglesias de tradición católica aprendan del ejemplo de la Iglesia Misioneros Veteros de Nuestra Señora de la Alegría, donde los Obispos, Presbíteros y Diáconos pueden ser casados si Dios los llama a ello.
Su hermano y amigo en Cristo:
+ Monseñor Victor Hugo García Cortés
Arzobispo Vetero de México.
Hermanos y hermanas en el Corazón de Jesús:
Estos días la Iglesia Católica Tradicionalista en México ha tenido muchas actividades, mucho trabajo. Todos los miembros de nuestra amada Iglesia nos hemos unido para llevar acabo esta labor “Titánica”. Pero hoy quiero mencionar ha alguien en particular: mi ESPOSA.
Como ustedes saben, desde los tiempos apostólicos los ministros sagrados (Obispos, sacerdotes y diáconos) han sido casados, basta con leer textos como 1 Tim 3,1-10.
En el Concilio de Nicea (el primero de los Ecuménicos) se respondió a la pregunta, ¿deben ser casados los ministros sagrados o no? La respuesta de los Obispos ahí reunidos fue contundente:
“No les impongamos una carga tan pesada (la del Celibato) que les haga abandonar el ministerio, carga que ni NOSOTROS, NI LOS APOSTOLES CONOCIERON…”
El Celibato es un don de Dios, pero solo cuando Dios lo da. El celibato aparece en la Iglesia desde los primeros siglos, pero COMO UNA OPCIÓN PERSONAL, no como una imposición eclesial.
Hasta la fecha, el matrimonio del clero es visto con gran estima, y practicado por los católicos romanos de oriente, por los ortodoxos, pero solamente para los Diáconos y los presbíteros. Los Obispos deben ser célibes.
En la Iglesia Vetero, se vive la practica APOSTOLICA, practica que fue vivida por los primeros santos de la Iglesia, por los primeros Santos Padres de la Iglesia, en la Iglesia Vetero los Obispos, Presbíteros y Diáconos pueden ser casados si Dios los llama ha esta Vocación, o permanecer célibes si Dios así lo determina.
Yo creo que sí Dios da la vocación del matrimonio y del Orden Sacerdotal a alguien, no se equivoca, yo creo que Dios es infalible.
Les contare mi experiencia siendo Obispo casado.
Mi linda esposa, la cual se llama Hilda Guzmán González, ha sido para mi un verdadero tesoro, pero no solo un tesoro para mi persona, también ha sido un tesoro para mi ministerio.
UN TESORO:
Un tesoros porque ella engalana las Celebraciones Eucarísticas con su voz, la cual es muy bella, toca el teclado, esta formando el coro, etc. (ella estudio música).
Ella me ha ayudado a dar clases a los seminaristas, da catecismo, etc.
Ante sus amistades responde a las preguntas que le hacen sobre la Iglesia son gracia, humildad, pero un profundo conocimiento de las ciencias teológicas.
Ella es servicial con todos, y su alegría es un testimonio de lo que es ser Vetero.
ES UNA FLOR: ya que su mayor belleza, es la espiritual, tiene un amor total por nuestro Señor Jesucristo, el cual se expresa cuando comulga. Cuando lo adora. Ella ha sabido pasar privaciones, por Cristo y por la Iglesia.
ES UN CIMIENTO: Aunque es joven tiene mucha sabiduría, la cual comparte con los miembros de la Iglesia dándoles consejos, es un cimiento porque en medio de los ataques de algunas personas fanáticas responde con amor y orando por ellas.
Muy posiblemente mi ministerio no hubiera sido tan fructífero si ella no estuviera a mi lado. Por algo Dios, al crear a Eva en el jardín del Edén le dice a Adán: Te daré una ayuda idónea.
Ella es mi ayuda idónea. Es una bendición de parte de Dios para mí, para mi ministerio y para la Iglesia.
Imagínense si todos los clérigos del mundo, con vocación al matrimonio se casaran, ¿Cuántos escándalos de violaciones, pedofilia, etc. Se pudieran evitar? Los Sacerdotes vivirían a plenitud su vida como hombres, como seres humanos, serían totalmente felices. ¿Cuantos ministerios serian más ricos de lo que ya lo son?
Ojala que las demás iglesias de tradición católica aprendan del ejemplo de la Iglesia Misioneros Veteros de Nuestra Señora de la Alegría, donde los Obispos, Presbíteros y Diáconos pueden ser casados si Dios los llama a ello.
Su hermano y amigo en Cristo:
+ Monseñor Victor Hugo García Cortés
Arzobispo Vetero de México.
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