sábado, 8 de agosto de 2009

El Santo Sacrificio de la Misa.



Hermanos y hermanas en Cristo:

¡Paz de parte de Jesucristo, nuestro Sumo y Eterno Sacerdote!

Hoy, de forma breve, tratare de responder, que es para la Iglesia Católica Tradicionalista en México la Santa Misa.
En primer lugar cabe aclarar que el misterio de la divina Eucaristía comprende dos maravillosas realidades.
a)El Santo Sacrificio de la Misa: manantial divino e inagotable.
b)El Santísimo Sacramento del Altar, que doctrinalmente es la consumación del Sacrificio del Altar.
Ambos son inseparables.
El Sacrificio es la fuente inagotable de vida divina y el Sacramento es el torrente que mana de esa fuente. Torrentes de vida divina que brotan del Sacrificio son la Sagrada Comunión y la Santa Reserva en el Sagrario.
El Sacrificio es la Ofrenda que hace de sí mismo al Padre, el Verbo.
Los Celebrantes del Santo Sacrificio son:
a)Cristo mismo, el cual es Sumo y Eterno Sacerdote.
b)El Sacerdote (sea Obispo o presbítero) el cual actúa como ministro del Sumo y Eterno Sacerdote, por la autoridad que recibió el día de su Ordenación para ofrecer el Santo Sacrificio de la Misa, tanto por los vivos, como por los difuntos.
c)En tercer lugar, y de un modo discreto y restringido, los fieles laicos, los cuales ofrecen el Santo Sacrificio en la Ofrenda y en la Comunión de la Divina Victima.
En cada Santa Misa, Jesucristo es a la vez: Sacerdote, Victima y Altar.
-Es el Sacerdote: Porque es el que lleva a cabo el Sacrificio.
- Es la Victima: Porque es el Cordero Pascual, es la Ofrenda al Padre en expiación de nuestro pecados y por los del mundo entero.
- Es Altar: Porque en sí mismo se llevo a cabo el Sacrificio, en su propia Carne.
El Sacrificio Eucarístico consiste esencialmente en la inmolación incruenta de la Divina Victima, inmolación mística manifestada en la separación de las Santas especies, y la oblación de estas al Padre Eterno.
El Santo Sacrificio de la Misa es el Himno perfecto que se merece la Santísima Trinidad, en el cielo y la tierra se tocan.
Hay que asistir constantemente a la Santa Misa, pero no solo como espectadores pasivos, debemos ir como miembros fervorosos de la Iglesia que van al encuentro del Señor Jesús que esta Resucitado y que nos va a alimentar con su bendito Cuerpo y su preciosísima Sangre. Cada Santa Misa es el Memorial de la Pasión del Señor, de su muerte y Resurrección. Cada Comunión es de un precio infinito, ya que vale lo que valió es Sacrificio de Cristo en la cruz.
¡¡vayamos a la Santa Misa!! ¡¡Vayamos con amor y devoción!! ¡¡Vayamos con una conversión sincera!!

Monseñor ++Victor Hugo García Cortés
Arzobispo Primado de la Iglesia
Católica Tradicionalista en México.

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