miércoles, 2 de septiembre de 2009

La serpiente de bronce... figura de Cristo.



Hermanos y hermanas en Cristo:

¡Paz en Cristo nuestro Sumo y Eterno Pontífice!

Para mi la Sagrada Escritura ocupa un lugar muy especial, no solo por ser la Palabra Escrita de Dios. Sino, sobre todo, por que en ella, tuve mi primer encuentro con la persona de Jesús.
Conforme me dedicaba a estudiar la Santa Biblia fui descubriendo que la Biblia fue escrita con símbolos, alegorías, con características culturales, en un momento determinado de la historia.
Cada pagina de la Sagrada Escritura fue y es para mi un manantial de la sabiduría de Dios, claro esta, en el entendido de que es un manantial al ser INTERPRETADA POR EL MAGISTERIO VIVO DE LA MADRE IGLESIA. (Hch 8,30-40)

Uno de los símbolo más bellos de la Sagrada Escritura es el de la serpiente de bronce.

Uno de los pecados más recurrentes del pueblo de Israel durante su peregrinaje por el desierto, el cual duro 40 años y después como nación ya establecida fue la idolatría. Esto era natural, habían salido de un pueblo idolatra (Ex 20,2) donde habían estado por espacio de 400 años, era natural que algo de esta costumbre se les pegara.

Cuando Dios les manda no hacer imágenes (Ex 20,4), el contexto es claro, imágenes de dioses falsos (Ex 20, 3). Lo que Dios quería era desintoxicar a su pueblo de este grave pecado. Este mandamiento era solamente para el pueblo de Israel, el cual fue sacado de Egipto donde era esclavo (Ex 20,2) y que le fue entregado por medio de Moisés ( Mal 4,4).

El problema no era el uso de imágenes, ni siquiera dentro del contexto del culto divino, ya que Dios había ordenado que se hicieran dos querubines y que se pusieran sobre la tapa del Arca de la Alianza (Ex 25,18-20).

Cuando el pueblo de Israel se revela contra Dios, el Señor manda serpientes venenosas para que muerdan a los alborotadores, pero Dios en su infinita misericordia y por la INTERCESIÓN DE MOISÉS le ordena que levante una serpiente de bronce: Ya que el que la mire sanara (Num 21,8).

Dios manda hacer una imagen, y como si fuera poco, obra milagros de sanidad a través de ella. No era la serpiente de bronce la que sanaba, era Dios, pero a través de esa imagen.
Veamos lo que dice la Palabra de Dios: Y cuando animales venenosos atacaron a tu pueblo con furor terrible y serpientes tortuosas sembraban la muerte con su mordedura, tu ira no duro hasta el final. Los asustaste un poco, para que escarmentaran, pero les distes una SEÑAL DE SALVACIÓN, para que recordaran las señales de tu Ley. Quien SE VOLVÍA hacia aquella SEÑAL, SE SALVABA, NO EN VIRTUD DE LA SEÑAL MISMA QUE VEÍA, SINO GRACIAS A TI, SALVADOR DE TODOS. Sab 16,5-7

La serpiente de bronce es una pre figura de la Señal Salvadora de la Cruz. Todos sabemos que no es la cruz la que nos Salva: fue el sacrificio de Cristo, muerto y resucitado, el que nos redimió. Pero la Cruz, quedo como la SEÑAL de ese acto de redención.

Cristo mismo lo afirmara: Y así como Moisés levanto la serpiente en el desierto, así también el Hijo del Hombre tiene que ser levantado, para que todo el que cree en él tenga vida eterna. Jn 3,14-15.

Cristo nos libra del veneno de la serpiente antigua (Satán) (Ap 12, 9) cuando fue levantado en alto en la cruz, igual que la serpiente de bronce.

El Antiguo Testamento es un anticipo de lo que debíamos esperar en Cristo.
La Iglesia, nuevo Pueblo de Dios lo vio así, es por eso que JAMÁS prohibió el uso de imágenes ( en el Nuevo Testamento no existe ni una sola mención a la prohibición del uso de imágenes), ya que Cristo mismo es la Imagen de Dios (Col 1,15).

¡¡¡Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo!!!

Monseñor ++Victor Hugo García Cortés
Arzobispo Primado de la Iglesia Católica Tradicionalista en México.

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